Es muy normal que el ser humano se disguste y se enoje por acciones que sus semejantes comentan contra él o ella o contra sus cercanos, pero una cosa muy diferente llegar al punto grave del rencor. En este tema la Toráh nos advierte como una gran fatalidad si estamos entre sus garras, leamos: Hechos: 8:
22 Por eso, haz arrepentimiento de tu maldad y ruega al Adón. Tal vez te perdone el haber tenido esa mala intención. 23 veo que vas camino a la amargura y a la esclavitud del pecado.
Hechos: 8: 22-23
El pasaje es bien claro y nos narra el trágico camino de tener rencor y amargura en nuestra vida.
Hay muchas definiciones de la palabra rencor, pero podemos decir que iniciamos este camino con un: Resentimiento o bien un disgusto o una pena causados por algo que se considera, una falta de afecto o una desconsideración, que afecta la integridad, economía y amistad del ofendido. Rencor es un sentimiento de enojo o de rechazo por algo pasado, pero primero se manifestó con resentimiento espontáneo, que este a su vez puede convertirse en odio, apatía o deseo de venganza y que puede llegar a la muerte del ofensor. Una persona resentida puede hacer, si se lo permite, que el asunto llegue hasta el rencor. Si llega a este punto, será despiadada o implacable y llenar tanto de odio su vida que hasta él o ella pueden morir o enfermarse de gravedad por esa situación. El resentimiento a veces viene a consecuencia de algo difícil de aceptar o superar y si no se supera llega al rencor. Un ejemplo podría ser que usted contrate a alguien para que haga un trabajo de pintura en su casa, usted y el contratado llegan a un acuerdo de tiempo y dinero, así como de todos los detalles a considerar en ese contrato de pintura. Por el contrato usted automáticamente planea tiempo y dinero, conforme a lo establecido, pero sucede que en lugar de un mes que duraba el trabajo, este se atrasa tres meses con el problema de tiempo y dinero y otros inconvenientes que desde luego salen de ese atraso. Aquí podría haber varias situaciones, desde pleitos graves, demandas, pero sobre todo un resentimiento con características de rencor y todo lo que ello conlleva. Lo importante para un futuro sin guardar resentimiento y menos llegar al rencor en eventos con el narrado, lo más lógico es que investigamos bien al contratado, establezcamos bien las pautas a seguir en lo legal y muy posible el contratista escogido con sabiduría haga una muy buena labor. Lo positivo será siempre no enojarse con el contratista irresponsable sin importar el servicio contratado, pero sí con el mal servicio ofrecido, ya que por lógica nunca más volverá a pintar su casa, pero eso no indica, que seamos enemigos y menos tener rencor hacia lo que pasó. Podemos más bien tomarlo positivamente y ser más selectivos la próxima vez. En este caso el contratista perdió un cliente y es muy posible siga perdiendo clientes en otros lados, por su ineficiencia e irresponsabilidad, pero nosotros ante eventos como este, debemos de quedarnos en Shalóm y considerar que hay mucha gente que pinta casas y muchos que hacen de todo según la necesidad, solo que hay que asegurarse de tener más cuidado de averiguar sobre el tema con varios contratistas, para no volver a pasar por lo mismo. La Toráh nos advierte las consecuencias de no llegar al extremo y de llenar de rencor nuestras vidas: MISHLEI (Proverbios) 18:
19 Más se cierra el ají (hermano) ofendido que una ciudad amurallada. Los pleitos separan como las rejas de un palacio.
MISHLEI (Proverbios) 18: 19
Tambié leemos en Hebreos 12:
15 Asegúrense de que nadie deje de alcanzar la misericordia de YaHWéH; de que ninguna raíz amarga brote y cause dificultades y corrompa a muchos.
Hebreos 12: 15
El rencor y la amargura nos puede llevar por caminos muy difíciles donde de seguro será duro el transitar, leamos de la Toráh: IYOV (Job) 23:
1 Respondió Iyov (Job) y dijo: 2 Hoy también hablaré con amargura; porque es más grave mi llaga que mi gemido. 3 ¡Quién me diera el saber dónde hallar a YaHWéH! Yo iría hasta su silla. 4 expondría mi causa delante de Él y llenaría mi boca de argumentos. 5 yo sabría lo que Él me respondiese y entendería lo que me dijera. 6 ¿Contendería conmigo con grandeza de fuerza? No; antes Él me atendería.
IYOV (Job) 23: 1-6
Que estén bien y que YaHWéH les de shalóm.
ROHE Johnny Chavarría Diaz – Agosto 2020